Conforme van sucediéndose acontecimientos importantes, aparecen textos alusivos en la red, que se difunden por doquier sin que sepamos su procedencia. Unas veces su objetivo es desmitificar el tema en sí, otras, por el contrario, es crear nuevos mitos o bulos. Y, dada su rápida difusión y la falta de criterio de la gente en general, se absorben y digieren como verdades indiscutibles.
En el primer caso, suelen ir bañados de humor, crítica irónica o buenas intenciones; son mis preferidos y, de hecho, he colocado algunos en este blog. El segundo caso es ya algo peligroso (léase la famosa reciente advertencia sobre determinados medicamentos antigripales cuyo consumo prolongado producía la muerte segura): tratan de amedrentarnos, los damos por sentado y al final acabamos enterándonos por los medios de comunicación de su falsedad.
Tenemos que acostumbrarnos a ser más “contrastadores de información”, que no escépticos.
Os ofrezco aquí uno del primer tipo, bastante difundido, firmado por Albert Einstein. ¿Es real su procedencia? Algunos dicen que se lo han inventado los gobiernos para calmar al personal ante el síndrome “crisisiano” (me acabo de inventar el palabro) poniéndolo en boca de un ilustre ya fallecido. La mayoría cree, quiere creer, o ni se cuestiona que es de Einstein.
¿Qué más da? Lo importante es que todo lo que nos sirva para crecer lo aprovechemos como mejor podamos.
Ahí va:
En el primer caso, suelen ir bañados de humor, crítica irónica o buenas intenciones; son mis preferidos y, de hecho, he colocado algunos en este blog. El segundo caso es ya algo peligroso (léase la famosa reciente advertencia sobre determinados medicamentos antigripales cuyo consumo prolongado producía la muerte segura): tratan de amedrentarnos, los damos por sentado y al final acabamos enterándonos por los medios de comunicación de su falsedad.
Tenemos que acostumbrarnos a ser más “contrastadores de información”, que no escépticos.
Os ofrezco aquí uno del primer tipo, bastante difundido, firmado por Albert Einstein. ¿Es real su procedencia? Algunos dicen que se lo han inventado los gobiernos para calmar al personal ante el síndrome “crisisiano” (me acabo de inventar el palabro) poniéndolo en boca de un ilustre ya fallecido. La mayoría cree, quiere creer, o ni se cuestiona que es de Einstein.
¿Qué más da? Lo importante es que todo lo que nos sirva para crecer lo aprovechemos como mejor podamos.
Ahí va:
La Crisis
"No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar "superado".
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla".
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla".
Mi unicornio de alambre (escultura de un artista cubano) me hace olvidar la crisis.
Música para hoy:
"El día de la suerte mundial"
de Volador
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