lunes, 7 de septiembre de 2009

Cultura de bares

Me gusta ir de bares, lo reconozco. Es otra forma de culturizarse.

Aunque tengo mis preferidos, procuro investigar por otros mundos a ver qué me encuentro. Y, la verdad, lo que hallo cada vez me gusta menos, salvo excepciones contadas.

La pauta general es el precio excesivo, la falta de profesionalidad y la suciedad o falta de higiene. Por supuesto, no me importa pagar un precio elevado si el camarero es atento, discreto y conocedor de su oficio, la barra está impecable, los baños curiosos, la música deja conversar y los cristales en general relucen. Pero, claro, esto debería ser la norma.
Muchas veces te encuentras locales con buena pinta o buen ambiente, y resulta que está todo lleno de polvo, los vasos dan asco y el lavabo ni te cuento. Y aunque el camarero te sirva con la mejor de sus sonrisas, no vuelves.
En otros va todo bien, pero un día te cobran un precio, vuelves, y entonces te clavan.
Y luego están las cantidades. Si te sirve un camarero te pone 4 dedos. Si la siguiente copa la pides a otro, entonces son 2 dedos.
Y hay bares en los que casi tienes que pedir por favor: que te pongan la copa, que te limpien tu trocito de mostrador, que te cobren..., cuando un buen barman tiene que estar atento a todo eso.

Señores... un poco de seriedad. Tenemos que ser más exigentes: los profesionales con su negocio, y los clientes con lo que compran, y protestar si la ocasión lo merece.
Es más, propongo que todos tengan su carta de precios plastificada (como la de los restaurantes rápidos) y a mano (no enmarcada, colgada y escondida), para poder consultarla y saber lo que te apetece pedir y qué te costará, sin sorpresas. Yo elijo si me interesa o no, y punto.
Y para las autoridades: menos preocuparse por prohibir fumar (bastante peor es el humo de motos, coches, autobuses, aires acondicionados y demás elementos contaminantes que respiramos en plena calle), y más inspecciones de sanidad, que con lo que uno se lleva a la boca no se juega.
Hagamos las cosas bien, en todos los sentidos.

Y hablando de bares... ¿ya conocéis todos el BV-80? Pues el que no, le recomiendo pasarse por el blog del momento: el blog del BV-80.
Y para los que no los hayan probado: los cócteles de Boch, en la Estación del Silencio.
Y para todos, esta canción:
"Han caído los dos"
de RADIO FUTURA

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