Poemas para septiembre I

FOTO: Marisa Lanca

Mutaciones

Mientras llego, prescindo
de la primera capa, la supérflua.
Da igual trescientos gramos menos
de deseo.
Las circunstancias iban a ignorarla
de todos modos.
El viento, si lo hubiera, sabría
cumplir con su misión,
despellejar y limpiar,
sacudir y sorprender,
sacar a la luz nuevas capas
menos plásticas
más alquímicas y tersas.
Somos mutantes equilibristas
sobre la cuerda floja,
esa cuerda vital que siempre ríe.
No me grites,
que todavía huelo a lluvia
y puedo caer sin remedio.
Un segundo.
Un respiro.
Mientras llego, intentaré
quitarme algo más de peso.
Alas
¿para qué os quiero muertas?
Estrepitosamente cargadas
de parásitos que no conozco,
sólo aspiran a mutar de color
como el tiempo.
Y eso no.
No me sirve.
I Ching. Fuego.
Adiós, plumas desvencijadas.
Llegan los cátaros.
Ahora sí.
Me adorna un precioso esqueleto
escindido y negro
superior
ligero
como mi pensamiento
cuando no pienso.
Parezco el afiche de una película.
¿Ya han muerto los ángeles del futuro?
Entusiasmado secreto.

[Marisa Lanca
Poemas para septiembre]

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