viernes, 15 de agosto de 2014

el híbrido

Buscando por mi archivo hace unas semanas encontré [no me atrevo a decir que por casualidad, pienso que las cosas siempre suceden por un motivo concreto] una joyita. De cuando en mis tiempos de estudiante y practicante de diseño me daba por atrapar publicaciones especiales, que consideraba bien hechas, bien diseñadas, claro está. Me dio por revisar a fondo esta revista. Caí en que casi tiene veinte años, algo menos de la mitad ya de mi vida.
Es el número 1. Desconozco si se editaron más. Su director era Eduardo Vijil. En redacción figuran, entre otros, M. A. Ortiz, J. L. Calvo o S. Echandi.
Una delicia pasar páginas, contemplar, leer, admirar, mientras esbozaba una sonrisa tras otra y un 'ooooh' seguido de un 'vayaaa'. Es un híbrido de cine, literatura, televisión, música, diseño gráfico, plástica, cómic, fotografía, teatro y moda, de una calidad excelente.
He rescatado, porque me ha apetecido teclear y compartir con ustedes, el artículo íntegro de una persona-joya desaparecida: Félix Romeo. Cuando lo escribió tenía sólo 27 años. No sé si este texto aparece ya en alguna recopilación de las que se han editado últimamente. Si no es así, y lo desconocían, el hecho de habérselo descubierto me va a producir un gran placer. Ahí va:


Revista el híbrido (hbd n.1 -  575 ptas. Junio/agosto 1995)
magazine de variedades


AND HÍBRIDO
por Félix Romeo


Ahora me gustaría ser James Joyce. O Cabrera Infante hace años, después de Cuba, pero poco después. O me gustaría ponerme en la piel de Severo Sarduy y enroscarme. James Joyce desde Trieste o desde París, o desde donde demonios estuviera James Joyce el año que murió James Joyce. Si ahora fuera James Joyce podría pensar en Híbrido e ir a Ebrio o a Hebra o a Hídrico y de allí al Agua. Así empiezo. Con:
Ebrio. Y si digo Ebrio digo Jack Kerouac, porque sí, Jack Kerouac, bravuconeando al final de los tiempos. “Soy Jack Kerouac y te voy a partir la cara aunque me saques la cabeza”, y así, Jack Kerouac por encima de todos. Solo, tremendamente solo. Una soledad que asusta y que te mete los cojones en el cuello del cuello. La soledad de quien ya no escribía. La soledad es para el escritor, repite Marguerite Duras. La Soledad. Es la soledad de Jack Kerouac la que me ronda en la cabeza. Jack Kerouac ebrio. A punto de convertirse en ángel. El ángel Kerouac.
Por el hilo se saca el ovillo. ¿Por la Hebra? El tabaco sobre los labios. Cristina lanza el humo que llena la habitación. El tabaco de un cigarrillo sin boquilla. A lo mejor un canuto de marihuana. O un celtas sin filtro. Mi tío fumaba celtas sin boquilla. Mi tío tenía una cámara suiza y la cuidaba como si fuera un bebé. Más. Nunca le vi acariciar así a su hija. Las hebras en los labios. Y el color de los labios que se oscurece. La pava de Luckie Luke se convirtió luego en una flor. Del color tabaco al color verde. Un verde verde.
Cuanto me gustaría ser James Joyce ahora y seguir haciendo juegos de palabras. Buenos juegos de palabras. Hacer un rizo y un salto y ser otro. O ser dos. Y uno de los dos sería otro escritor que es James Joyce. Y dar un salto y de Hebra a Cebra y luego a Lepra y luego a Legrá. El hermano de Cristina tenía un boxeador que era Pepe Legrá. El boxeador era como una marioneta y con un mecanismo de metal sacaba los puños. Con fuerza. Me gustaba el boxeador negro Negrá. Luego Legrá estaba en Tele 5. Perico Fernández fue Campeón del Mundo y se compró un deportivo rojo y corría por Zaragoza y se le acababa Zaragoza. Era el Campeón del Mundo. Y habría seguido siendo el Campeón del Mundo si no hubiera sido por el calor de Thailandia, eso es así. Legrá no fue Campeón del Mundo, pero tenía un muñeco que daba unos buenos golpes. Luego Legrá salió en Tele 5. Y todos tuvieron que recordar quién era Legrá. Y eso les llevó al pasado. Y en el pasado no se gustaron nada. Y no les gustó Legrá, porque era su pasado.
Y como no nos gusta Legrá volvemos a Hebra y saltamos, como un caballo Híbrido Hípico, a Hebraico. Y cuando escribo Hebraico ya estoy escribiendo Marguerite Duras. Marguerite Duras y los judíos. Muchas palabras de Marguerite Duras son para los judíos, acaso todas. Para los millones de judíos que murieron en los campos de concentración de Hitler. Para los judíos que fueron asesinados. Con el gas y con los fusilamientos y con los camiones. Y de otras manera. Toda mi última obra es para los judíos, eso ha escrito Marguerite Duras. Eso lo sabe ella, y lo dice. Su obra es Hebraica Híbrida. Marguerite Duras hace cine de sus novelas y novelas de su cine. Como las estrellas judías sin principio ni fin. O mejor, su principio es su final y su final es el principio. Llega hasta el principio. Como su hermano en una casa. Hasta allí.
Todo da muchas vueltas cuando eres James Joyce.
Si eres Bernardo Atxaga también das muchas vueltas, pero con Bernardo Atxaga todas las vueltas tienen sentido y van en una dirección, y así, Bernardo Atxaga ha escrito Híbridos. Sus Híbridos son poemas y son canciones y a veces son como toda una novela muy corta, muy corta. Bernardo Atxaga ha escrito la historia del avestruz y ha escrito la historia de Henry Bengoa. Son Híbridos. A Bernardo Atxaga no le gustan los juegos de palabras. No le gustan mucho. Pero a Bernardo Atxaga le gustan las analogías.
Y en la analogía está el final de la Mitología. Cristina me recuerda que Hibris era la madre de Pan y la amante de Júpiter. Le pregunto a Cristina si Híbrido viene de Hibris, la mamá de Pan. Cristina dice que es posible. Y yo recuerdo un verso de Rimbaud: “Gracioso hijo de Pan en torno a tu frente coronada de florecillas y bayas…”. La traducción de un verso de Rimbaud. Es de un poema en el que se menciona el doble sexo. “Allí donde duerme el doble sexo”, creo que es así. Y el doble sexo es la doble naturaleza. Híbrido es lo que procede de por lo menos dos naturalezas. Y otra vez en el origen.
Si fuera James Joyce o si fuera Ramón Gómez de la Serna o si fuera Cabrera Infante o si fuera Julián Ríos o si fuera Ángel Guinda o si fuera Miguel Mena podría estirar las palabras y hacer piruetas. Pero soy Félix Romeo. Cristina está cerca de mí. Y Cristina mira el diccionario y Cristina me dice Hibisco, Hídrico, Hílidos, Ibidos, ¿Híbidos?, le pregunto a Cristina. I, be, i, de, o, ese, dice Cristina. Son como un Correcaminos o así, dice Cristina. Podrías hablar del Correcaminos, dice Cristina, del Correcaminos sabes un montón de cosas. Yo no digo nada. No siempre voy a llegar hasta Correcaminos, digo luego. La habitación está llena de humo y ahora el humo es el silencio. Eso que se dice del silencio que se puede cortar, esas cosas.
Luego Cristina, su voz es el cuchillo que rompe el humo, dice que me parezco a la Hidra que aparece en el dibujo del diccionario. No es el Diccionario de la Academia. Es un Diccionario Ilustrado del año 34. Diccionario Ilustrado Hégar. Barcelona, 1934. Imprenta de Joan Badía. Y lo cierto es que me parezco a todas y cada una de las cabezas de la Hidra. Todas las cabezas que cortó Hércules. Hércules ha cortado la cabeza de Joyce. La primera cabeza. Y la cabeza de Gómez de la Serna. La segunda cabeza. Y ha cortado la cabeza de Cabrera Infante. La cabeza número tres. Y la cabeza de Julián Ríos. La cabeza que hace la cuarta. Y la cabeza de Angel Guinda que es la quinta cabeza. Y la cabeza de Miguel Mena que es la sexta cabeza. Sólo queda mi cabeza. La séptima cabeza. Hércules ha acabado con todas las naturalezas. Ha cortado las hebras de mis cabezas. Ya sólo sé que el Hércules jugó en primera división hace trescientos años. El equipaje del Hércules era a rayas azules y blancas. Luego bajó a segunda y ya no sé nada más del Hércules. Cuando ya no soy nadie.
FÉLIX ROMEO (Zaragoza, 1968) es el autor de ‘Dibujos Animados’

Nota: Es una transcripción exacta, aunque he añadido las correcciones anotadas en la fe de erratas que incluye el magazine. La foto de Félix que aparece en la revista lleva la firma:© C. Grande
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